Sirva este modesto BLOG para exponer mis ideas, críticas y enhorabuenas sobre la sociedad en que vivimos y concretamente sobre un tema que me preocupa: Los divorcios, separaciones y como afectan a nuestros futuros adultos, ahora menores indefensos. *** Soy una mujer casada con un amante padre divorciado de su primera esposa, con la que tuvo un hijo al que intentamos educar, cuidar y satisfacer durante 8 horas a la semana y un fin de semana alterno. TODO UN RETO.
He defendido el ideal de una sociedad democrática y libre, en la que todas las personas vivan juntas en armonia e igualdad de oportunidades. Es un ideal que espero vivir lo suficiente para ver realizado. Pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir.
NELSON MANDELA
ANECDOTARIO
martes, 15 de abril de 2008
IGUALDAD NUESTRA DE CADA DIA....
f. Principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos.
Yo, sin ser catedrática de la lengua, añadiría "y obligaciones"
Y es que algunos grupos llamados feministas reclaman la igualdad. Pero la igualdad que ellas desean no es la equitativa que entiende la RAE, y no tan solo la que entiende cualquier persona, incluso un menor de edad. Si a un niño le preguntamos sobre si algo es igual a otra cosa o no, lo tiene claro. No así éstas señoras, que pretenden hacernos ver como igualitarias actitudes que son absolutamente discriminatorias hacia el sexo masculino.
La igualdad en la casa significa que ambos cónyuges participen del mantenimiento económico de la misma. De la limpieza de la misma, de la ropa, la comida, por tanto responsabilidades, obligaciones. Y la misma igualdad es la que debería de reportar a ambos cónyuges beneficios en cuanto a los bienes inmuebles en caso de separación y / o divorcio.
Y es que si dos personas iguales deciden un día compartir su vida y por tanto sus bienes y deudas, a la hora de la separación debieran de ser consecuentes y dividir con la misma alegría (no emocional pero sí de simpleza) con la que en su día los unieron.
Es evidente que el hombre y la mujer no son iguales. Por mucho que queramos la igualdad, solo puede ser en derechos y obligaciones. Las personas de diferente género no son ni serán jamás iguales. Pero es una cuestión de sexo, de fisiología, jamás una cuestión de capacidad y aptitud ni actitud. En ese ámbito sí podemos ser iguales. Tan iguales como desiguales. Y es que en eso no hay igualdad ni dentro del mismo género. Las características de cada ser humano en cuanto a fuerza, perseverancia, dulzura, capacidad de amar, de entrega, de odiar, de trabajar, de sacrificio…. Y un largo etcétera, son absoluta y radicalmente diferentes entre personas incluso del mismo sexo.
Por ello, si de verdad queremos la igualdad deberíamos comenzar por aceptar que todos somos distintos. Y que cada persona tiene sus facetas positivas y otras negativas, o lo que es lo mismo, virtudes y defectos. Partiendo de esa premisa, y aceptándola, podríamos y deberíamos a mi entender, luchar por gozar algún día de leyes igualitarias, oportunidades laborales igualitarias, salarios igualitarios, para personas que realmente desempeñen funciones iguales o equiparables.
Nuestros gobernantes deberían trabajar para que ésta sociedad y las del futuro, gocen del privilegio de ser iguales ante la ley, ante el trabajo, ante la sociedad, quedando el sexo de la persona en algo secundario a dichos efectos y que se disfruta en la intimidad de cada uno, y de cada casa.
A mi entender, quien no trabaje en éste sentido, está participando activamente de la lucha de poderes entre sexos. De la guerra por la materialidad, de la discriminación con objeto además lucrativo / beneficioso por parte del discriminador, de la enfermedad de la sociedad presente y de la futura, porque crecerá con prejuicios impuestos por la misma sociedad entre la que navegue a diario. Solamente se me ocurre una motivación para actuar de éste modo: El interés económico en el que lamentablemente se reduce la mente de quien poco o nada tiene que ofrecer y todo lo reduce al estado de su cuenta bancaria a final de mes.
Hagamos cuanto esté en nuestras manos para intentar salvar éste mundo. Es el nuestro. Vivámoslo intensamente, con sentido de la justicia, igualdad, respeto y tolerancia.
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