Sin duda, la pérdida de un ser querido es dura. Pero más dura es para un niño, pues los peques no comprenden muy bien lo del ciclo de la vida. Y desde su perspectiva de ternura e inocencia, todo es juego, ocio y perenne. Incluso la vida. Los niños no se plantean la muerte como algo posible, y por tanto no se plantean ni comprenden que en su alrededor desaparezcan figuras de un día para otro. No les robemos por tanto la posibilidad de gozar de los abuelos. No hagamos que ellos paguen las desavenencias de los padres.
Los ahora niños, cuando sean jóvenes adultos, deberan muchos de prescindir de sus abuelos, simplemente por que el ciclo de la vida así se lo imponga. No seamos crueles, y no adelantemos esta separación que tanto dolor nos causa. Los abuelos tambien son necesarios para el desarrollo emocional de los pequeños.
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