Sirva este modesto BLOG para exponer mis ideas, críticas y enhorabuenas sobre la sociedad en que vivimos y concretamente sobre un tema que me preocupa: Los divorcios, separaciones y como afectan a nuestros futuros adultos, ahora menores indefensos. *** Soy una mujer casada con un amante padre divorciado de su primera esposa, con la que tuvo un hijo al que intentamos educar, cuidar y satisfacer durante 8 horas a la semana y un fin de semana alterno. TODO UN RETO.
He defendido el ideal de una sociedad democrática y libre, en la que todas las personas vivan juntas en armonia e igualdad de oportunidades. Es un ideal que espero vivir lo suficiente para ver realizado. Pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir.
NELSON MANDELA
ANECDOTARIO
miércoles, 24 de junio de 2009
La factura del maltrato
Lo más frecuente no obstante es que el retenido, especialmente cuando se trata de un menor, tenga miedo, y se deje por tanto retener. Privar por tanto de la libertad a un menor es fácil, en primera instancia, más si cabe cuando quien lo hace es uno de los progenitores, y además lo hace con el mayor y más poderoso de los cómplices.
Pero cuan sabio es el refranero popular español y como me gusta el refrán “ el tiempo es un juez implacable” por que si, por que lo es. Por que éste es un juez libre, no se debe a modas, miedos, presiones mediáticas, ni prejuicios sexuales, ni de condición alguna.
Y el tiempo, si la muerte no lo impide, pasa. Y pasa para todos.
Y el menor retenido contra su voluntad puede llegar a perder el miedo, e incluso puede con más tiempo tener criterio, y al cabo de un tiempecito más, puede incluso llegar a tener un discurso claro, coherente y veraz de los abusos que sufre y ha sufrido.
Entonces es cuando el más poderoso de los jueces hablará. Y cuando todos los hijos hoy retenidos contra su voluntad se liberarán, dejando atrás miedos, para gritar libertad, y elegir de ese modo a quien aman libremente, con quien viven, y como lo hacen.
La factura por tanto de la retención puede tornarse en rechazo.
Francamente, y teniendo en cuenta cuan breve es la vida y que solo la vivimos una vez, apuesto por la libertad desde el primer día. Vaya a ser que a la larga nos quedemos más solos que la una, y lo que en principio nos vino como caído del cielo, termine asfixiándonos, como asfixia a la gran cantidad de madres divorciadas cuando los retoños dejan de ser retoños, y deben a los 50 y tantos, afrontar la vida real, por no haber querido afrontarla cuando aún eran jóvenes.
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