He defendido el ideal de una sociedad democrática y libre, en la que todas las personas vivan juntas en armonia e igualdad de oportunidades. Es un ideal que espero vivir lo suficiente para ver realizado. Pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir.

NELSON MANDELA

ANECDOTARIO

El Secretario de un juzgado de violencia contra la mujer, en la intimidad, nos comentó que hoy por hoy es muy dificil "librarse" de las denuncias aun pudiendo ser falsas, debido a la gran presión de la prensa sobre los jueces.

jueves, 30 de octubre de 2008

El Feminismo que dió la vuelta

http://www.diariodemallorca.es/servicios/cartas/cartaLector.jsp?pIdCarta=11283&pRef=2008110500_0_0__Cartas


http://www.lavanguardia.es/lv24h2007/20081109/53575661735.html

Cualquier postura ideológica, cuando se torna radical se aproxima más y más a aquella que generó por natural oposición su nacimiento. Y así ha sucedido. Lo que el feminismo inicialmente defendía se ha tornado cada día más próximo al machismo en los grupos radicales también llamados “hembristas” o “lobby feminista”, que defienden como el viejo machismo la figura de la mujer como criadora exclusiva de los hijos, vulnerable y sin recursos económicos. Mujer a la que hay que ayudar desde leyes protectoras aun discriminando a la otra parte. Mujeres del siglo XIX.

Las otras feministas sin embargo, defendemos la verdadera igualdad. Partimos de la igualdad en oportunidades laborales. Somos mujeres libres, independientes y que no necesitamos a nadie a nuestro lado para mantener nuestro status. Defendemos por ello la custodia compartida de los hijos, por que de ese modo, el interés del menor y sus derechos quedan salvaguardados y a la par los nuestros, pudiendo seguir siendo libres, crecer en el ámbito laboral, personal, y humano al no tener la obligación de ejercer de canguro las 24 horas.

Las auténticas feministas luchamos contra la dictadura de género. Somos personas. Personas con derechos, libertad, oportunidades y sobretodo dignidad. Aquella dignidad que nos permite seguir adelante nuestra vida con o sin pareja, por nuestros propios medios, y compartiendo, si los hay, la crianza de los hijos. Que también son de ellos.