Bueeeeeeeeeeeeeno.... tras muchos meses de espera por fin puedo postear una idea que hace meses me rondaba por la cabeza. Qué sucedería si el piso que en un momento fue de "uso" por parte de la parte que tiene la custodia, ya no lo fuera?
Comor? Os preguntaréis.... fácil....
La enrrevesada trama comenzaría en semana santa de un año cualquiera (por aquello de disponer de unos días para el traslado de enseres, propios y ajenos, claro)..... La parte custodia se va POR FIN a vivir con su novio a la casa de éste, en una "urbanización" entre dos polígonos industriales, eso sí con "piscina" comunitaria hecho que le hace ver la situación como un cambio a positivo y acorde a "su situación social."
La entrada en escena de un novio abre un abanico de posibilidades... la gente dice que las despechadas se reciclan al rehacer su vida... pero nada más lejos de la realidad en algunos casos... los más escabrosos....
Supongo que el hecho de que te dejen por que no te soportan y por que no soportan ser el burro de los golpes morales y físicos, genera al psicópata una cierta sensación de pérdida de control sobre su víctima que se torna en odio compulsivo.
Imaginemos que a los pocos meses de abandonar el otrora hogar conyugal, uno de los hermanos de la madre custodia padece una grave crisis matrimonial. La madre custodia, como no, madre "coraje" de hijos propios y ajenos, ofrece por un módico precio cobijo en su antiguo domicilio, a cambio de un módico alquiler del que de ningún modo el otro propietario de la casa es beneficiario. Por que la casa, como los hijos son SUYOS. Y como tal, la administra.
Como el mundo es muy pequeño y en muchas ocasiones los que crees amigos, son enemigos, o simplemente filtradores de información, alguien muy próximo a la custodia, informa al otro propietario del piso, que éste ya no está ocupado por su hijo.
El hijo, no obstante, bien aleccionado por su madre custodia, niega lo sabido, e insiste que él sigue viviendo allí, haciendo de éste modo el viaje de entrega durante más de un año al antiguo domicilio donde la custodia lo espera para llevarlo a su nueva casa. El niño aprende así a mentir, participar de montajes etc... y se le dan como no, buenas clases de moral y ética que en el futuro le serán de gran ayuda. En base a eso, en gran parte se sustenta la asignación de la custodia de los hijos.... (no cambiarlos de entorno, darles un buen ejemplo y buena educación....) objetivos por tanto evidentemente fallidos en el caso que nos ocupa.
Evidentemente, había un cambio de domicilio no notificado (obligatorio hacerlo, tanto al padre, como al juzgado), un alquiler ilegal a un "okupa" que era conocedor de que estaba siendo parte de una irregularidad, etc.... lo mejor, aunque lo más caro... un detective privado.
Presentado el informe del detective en el juzgado se desencadenan los hechos... de repente el piso se desaloja, y la madre custodia, vende por un bajo precio su mitad al ex esposo, ya que se ve abocada a ello y en pleno desespero por que "la han pillado" . Eso sí, no sin antes desvalijarlo por completo. Hasta las bombillas y sus portalámparas fueron arrancados de techos y paredes. Muebles propios y ajenos, fotos propias y ajenas, recuerdos de infancia del "odiado" padre, todo se lo queda ella, que, tanto lo odia que ve sus cosas allá donde vaya. Los muebles terminan repartidos en las casas de todos los familiares. No hay vivienda que pueda visitar en la que no vea algo de su ex, pagado por él, escogido por éste.... ¿así pretende "rehacer" su vida? Teniendo constantemente presente al padre de su único hijo?
El piso así, tan relacionado a la custodia, y que el juzgado tanto "mima" al adjudicarlo al progenitor custodio, deja de ser "mimado" y es vendido. El hijo, sin ser consultado tor su madre, pasa a vivir en una casa que le es ajena, lejos de su entorno habitual, sin comercios ni vecinos que lo conozcan, y lejos de toda su familia extensa.
Así se defienden los derechos del menor en España... y como no, así se permite el "expolio" a los hombres. Gracias a Dios, algunos tenemos de todo, sin haber robado nunca nada a nadie. Es la diferencia entre dormir bien y tener miedo a que descubran tu verdadera identidad allí donde hoy te escondes.
Los topos, habitan en todas partes, incluso allí donde menos espera uno....
