Erase una vez una fiesta de Navidad en un colegio cualquiera.
Uno de los protagonistas, el niño (hijo de padres divorciados), con 10 años recién cumplidos, espera a su mamá para que lo vea en la función navideña. La mamá ha solicitado al papá, que éste no acuda a la fiesta en aras de evitar encontrarse. El papá, resignado, y por el bienestar del menor para que éste no presencie discusiones accede a la petición de la mamá, aun siendo un día en que por convenio regulador es a éste a quien toca ir al colegio a por el hijo en común.

A la hora pactada por la madre, el niño es recogido en el colegio por lo abuelos paternos.
Sin ser preguntado, el niño, con absoluta indignación y tristeza, cuenta que mamá no se ha presentado a ver la obra. Que habían quedado en una zona determinada para tomar un chocolate tras la función y tampoco ha acudido.
Moraleja: La mamá, para evitar que el padre vaya a ver al hijo, es capaz de dejar literalmente tirado al niño entre la multitud de mamás y papás que abrazan a sus hijos tras la función teatral y de canciones navideñas. ¿Que maquiavelica mente es capaz de dañar a quien supuestamente más ama para hacer daño a su ex? ¿Como es capaz de hacer daño al niño deliberada y premeditadamente solo para darse ella el “gustito”?
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